El problema
más grande de muchas secuela de películas es que a veces se producen no por
querer expandir el material original o porque haya más desarrollo en la
historia, sino que se hacen con el único objetivo de “colgarse de la fama” del
material original, y aunque ese no creo que sea el caso de Doctor Sueño, eso no significa que esté libre de sus propios
problemas. No me importa sonar a disco rayado y decir lo que ya todo el mundo
ha icho hasta el cansancio: El Resplandor
de Stanley Kubrick es una pinche obra maestra, y el siquiera sugerir que
necesita una continuación me suena a una blasfemia pero aun así Doctor Sueño logra continuar con su
legado de manera natural además de que, quizá más importante, resulta una muy
buena película por mérito propio.
En Doctor Sueño nos volveremos a encontrar
con Dan Torrance años después de los traumáticos eventos ocurridos en el Hotel
Overlook. Han pasado muchos años desde Dan Torreance descubriera su don de
“resplandecer” pero debido a su traumática infancia ha tenido problemas para ajustarse
a la vida adulta. Cuando Dan es contactado por Abra Stone (Kyliegh Curran), una
niña que posee habilidades psíquicas similares pero superiores a las suyas,
ambos empiezan a forjar una amistad, sin embargo el gran poder de Abra también
atraerá la atención de un peligroso grupo de personas que se alimentan y
destruyen a aquellos que cuentan con “El
Resplandor”.
Lo lamento,
pero al ser una secuela directa de El
Resplandor, las comparaciones serán inevitables, es por eso que lo más importante
para apreciar Doctor Sueño es saber
que, aunque ambas cintas están fuertemente ligadas, no están precisamente
“cortadas con la misma tijera”. El
Resplandor es una obra maestra del terror, y aunque Doctor Sueño tiene algunos elementos del género, sobre todo cuando
se da a la tarea a recrear escenas clásicas del filme anterior, y aún más
específicamente durante el desenlace, su tinte se acerca mucho más al suspenso
que al horror. En lugar de “plagiar” a su predecesora, Doctor Sueño intenta reproducir el estilo de Kubrick siempre que
puede y lo hace bastante bien. El encuadre, la fotografía, el paneo de la
cámara y otros tantos conceptos de cine de los que finjo saber para sentirme
más inteligente de lo que soy, son sacados directamente de El Resplandor y terminan sintiéndose como un genuino homenaje y no
solo un “copy + paste” barato.
Los efectos
especiales podrían verse un tanto ridículos sacándolos de su contexto, pero en
realidad estos se utilizan para transmitir ideas, no tanto para ser un
espectáculo estilo “juegos artificiales”. Los efectos visuales se integran
perfectamente a la trama, ayudando a que esta avance en lugar de distraernos, y
aunque a primera vista no parezcan tan espectaculares, definitivamente resultan
originales.
La historia
es una de esas que suena ridícula cuando la escuchas (estamos hablando de algo
así como “vampiros psíquicos”), pero logra presentarse de forma coherente,
envolvente e interesante. El ritmo puede ser lento por momentos, pero nunca se
torna aburrida, aunque eso sí, es bastante larga, lo cual podrá hacerla sentir
cansada para algunos. Algo que ayuda
muchísimo es la actuación y la personificación de prácticamente todo el elenco.
Todos hacen un buen papel, incluso los, en ocasiones, exagerados y
caricaturescos villanos, pero si hay alguien que destaca aunque sea un poquito
más de los demás, esa sería la niña que interpreta a Abra… cuyo nombre ni
siquiera voy a tratar de pronunciar. Tal vez sea porque en mi mente siempre
relaciono a niños actores con malas actuaciones, pero el caso de esta niña es
muy distinto, ya que se adapta muy bien a cualquier situación en la que se
encuentra, lo cual suena muy vago de mi parte, pero dar detalles sería arruinar
algunas sorpresas que se dan mediante su actuación.
Quizá lo que
está en mente de todos es ¿Doctor Sueño es
mejor que El Resplandor? La respuesta
es fácil: claro que no, aunque eso no es tan malo como suena. Doctor Sueño se apoya de la mitología
antes creada por su antecesora, pero no se limita a reproducirla sino que la
expande de manera adecuada y original. Doctor
Sueño no trata de ser mejor que El
Resplandor porque sabe que sería inútil, en lugar de ello busca ser un
complemento con un sabor distinto, lo cual si logra pero además esa no es la
mejor parte ya que, debido a su calidad en general, logra ser un relato redondo
por su propia cuenta. No se necesita ver El
Resplandor para disfrutar de esta secuela, ayuda, eso que ni qué, pero no
es indispensable, así que no se sientan intimidados y vean Doctor Sueño. Verán
que tiene mucho mérito propio.
Doctor
Sueño: 4/5. Muy Buena.
Mejor que:
It: Capítulo 2 (2019)
No tan buena
como: El Resplandor (1980)
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