Sé lo que
piensan “¿Para qué vas a ver cine mexicano comercial si ni te gusta?”, pregunta
valida con una respuesta sencilla: Cada película debe ser juzgada por su propia
cuenta, no por la buena o mala fama de su procedencia o controversias que
rodeen a una producción. En otras palabras, me niego a decir que algo es malo o
bueno hasta no probarlo de primera mano. Puede que el dar “el beneficio de la
duda” al cine mexicano comercial sea un error de mi parte el 90% del tiempo
pero al final siempre podré decir que no odio el cine nacional comercial por
malinchista, sino porque sus proyectos casi siempre se limitan a una
mediocridad que evita tomar en serio a la “industria” en nuestro país, otro
triste ejemplo de ello es Un Papá Pirata,
que se queda en potencial desperdiciado debido a, y solo estoy asumiendo, el
valemadrismo del su grupo creativo.
Un mocosos
se entera de que quien lo crio desde niño no es su verdadero padre y va a
buscar al verdadero. Después de una serie de enredos que deberían ser graciosos
pero que no lo son, todos los personajes se abrazan en un final feliz forzado y
sin fundamento que finge que el protagonista tuvo un arco de personaje cuando
en realidad nada en la trama indica que lo haya hecho. Fin.
La película
sufre de lo que muchas otras producciones: tienen una buena premisa pero no
saben cómo desarrollarla. El hecho de querer manejar un tema relativamente
delicado de forma cómica en lugar de dramática es una expelente idea, pero se
queda en eso: una buena idea. Usualmente suelo defender el humor diciendo que
cada quien tiene gustos diferentes, pero en esta ocasión no creo que sea el
único que no encontró divertido el filme, ya que toda la sala se escuchaba tan
animada como un funeral. El filme no hace bromas o chistes, se limita a
presentar personajes excéntricos y cree que eso es suficiente para hacer reír,
lo cual sería cierto si estos se vieran inmiscuidos en situaciones
verdaderamente graciosas, cosa que nunca sucede. Lo más cercano a algo
“gracioso” es un personaje que va a todos lados vestido en una botarga de vaca…
pero eso es TODO el “chiste” y nunca va más allá de ser un simplón “Gag”
visual.
Quizá el
problema más grande de la cinta es el protagonista. Quisiera no ser tan duro,
después de todo Luis de la Rosa sigue siendo prácticamente un niño, pero eso no
justifica que sea un pésimo actor dentro de esta producción. El protagonista es
un hoyo negro de carisma que afecta a todo y a todos a su alrededor. El
personaje de Ian (sí, “Ian”. Supongo que “Brayan” ya estaba ocupado) resulta
aburrido mediante su insípida actuación, poniendo la misma cara de aburrida
confusión ante cualquier situación, desde conocer a su verdadero padre hasta
ser arrestado mientras viste una botarga de pollo, su expresión nunca cambia.
La pésima actuación se extiende a pequeños monólogos internos del personaje los
cuales, al igual que todo lo demás que envuelve al protagonista, siguen el
mismo tono de aburrición y “actuación” cuestionable.
El guion
está repleto de inconsistencia, las cuales, hay que ser honestos, no son tan
graves por si solas, pero ese es precisamente el problema: que son demasiadas
inconsistencias pequeñas que se van apilando unas sobre otras. Solo un ejemplo:
El protagonista supuestamente tiene dieciséis años (dato que se nos repite
varias veces), conoce a una chica y se enamoran instantáneamente porque claro
que lo hacen ¿Quién necesita química o desarrollo de personajes? Ese no es el
punto. La chica, la cual nunca se nos dice su edad pero se asume que debe ser
similar a la del protagonista, dice que ha trabajado en el mismo lugar durante
cinco año, lo cual, asumiendo que también tenga dieciséis años, significa que
ha trabajado de botarga desde que tenía once, lo cual es difícil de creer
porque también descubrimos que vive sola en un departamento, lo cual a su vez
implica que ya es mayor de edad… mayor de edad que entra en una relación
amorosa con un menor. Tal vez esto sea parte del “chiste”, pero francamente lo
encuentro desconcertante y enfermizo en lugar de gracioso. Y no hablare de
todas las demás incoherencias del guion porque si lo hago estaremos aquí todo
el pinche día.
Hay buenas
ideas dentro del filme, pero en lugar de desarrollarlas simplemente se plantean
y se dejan a la “ahí se va”, casi siempre resolviéndose de manera casi mágica,
no tanto por las acciones de los personajes sino simplemente porque el guion lo
dice, y si el guion dice que debemos llegar a un trillado y emocionalmente
muerto final feliz, es ahí a donde llegaremos sin importar que tenga sentido o
no. Como ya lo mencione, la película tiene muchas, MUCHAS fallas que se van
acumulando, como una piedrita en el zapato que al principio es incomoda pero no
evita que sigas caminando, pero esas piedritas se van acumulando rápidamente
hasta que dar un solo paso se convierte en una tortura. Un Papá Pirata tenía el potencial para ser algo interesante, pero
nadie supo o quiso desarrollar sus ideas, pero si a la producción no le
interesa pulir su trabajo y convertirlo en algo verdaderamente decente ¿Por qué
tendría yo que excusar su mediocridad?
Un Papá
Pirata: 0/5. Ofensivamente Mala.
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