Para ser alguien que dice odiar los extremos, vaya que los
utilizo con demasiada frecuencia al hablar del cine mexicano comercial, donde
casi siempre divido las cosas entre una abominación intragable y estúpida salida
desde el mismísimo culo de Satán o como el mejor invento de la humanidad desde
el internet. Por fortuna aun no pierdo la poca integridad que me queda (creo) y
puedo reconocer cuando una película mexicana es buena a secas, no
sobresaliente, pero al menos no la basura a la que el cine nacional me tiene
acostumbrado, ejemplo: Belzebuth una película
de terror que de no ser por los actores, hasta pensaría que no es mexicana.
En Belzebuth veremos
a un policía enfrentarse a una malvada fuerza sobrenatural. Después de la
macabra pérdida de su hijo recién nacido a manos de una psicópata, el detective
Emmanuel Ritter (Joaquín Cosío) comienza a investigar una serie de crímenes que
podrían ser obra de una macabra secta religiosa.
Tal vez sea porque después de ver tantas y tantas malas películas
de terror por fin he alcanzado cierta “inmunidad” a este tipo de producciones y
es por ello que pocas logran asustarme de verdad, lo cual también es el caso en
Belzebuth, pero eso no evita que la producción
sea escalofriante por momentos. No quiero darles detalles, ya que hacerlo reduciría
muchísimo el impacto de estas escenas, pero deben saber que la cinta se atreve
a hacer algunas cosas que pocas historias de horror en el cine se atreven,
haciendo una mezcla entre ficción y realidad que resulta incómoda, en el buen
sentido, todo sin ser demasiado gráfica y aun así logrando plasmar situaciones
que logran “moverte el tapete”, como dirían en mi rancho.
La ambientación es muy buena mezclando ficción con realidad,
dándole un toque tal vez no único pero sí fuera de lo “normal”. Narcotráfico,
trata de personas, corrupción policiaca, todos estos son elementos que se ven
en la trama, ninguno de ellos siendo el enfoque de la historia, son meros ingredientes
que, dado el escenario en que se desarrolla la cinta, un pueblo fronterizo
entre México y Estados Unidos, logra darle a la historia cierto “realismo” (por
llamarlo de alguna manera). La ambientación es muy buena, y a diferencia de las
miles de películas similares, el entorno se vuelve casi un personaje en sí
mismo, uno que, para bien o para mal, le da una identidad mexicana a toda la
historia.
Y para contradecir un poco lo que acabo de decir, hay un
detalle que no es tan importante, de hecho técnicamente no afecta en lo más mínimo
a la película, pero como disque crítico pedante de cine que soy, no dejó de
molestarme bastante. La cinta claramente es bilingüe, con personajes hablando
tanto en inglés como en español, otra vez recordemos que la historia ocurre en
un pueblo fronterizo, y sin embargo todos los diálogos están doblados al
español, lo cual termina por romper un poco ese “realismo” del que estaba
hablando.
Los efectos especiales no son nada extraordinario, pero el
manejo de los mismos junto con vestuario, iluminación y maquillaje logran
darnos secuencias casi escalofriantes, y digo “casi” porque no dejan de ser las
mismas que siempre vemos en historias de posesiones demoníacas, sin embargo los
efectos especiales se usan solo cuando son absolutamente necesarios, creando la atmósfera adecuada para una historia de terror… excepto en el clímax del filme,
que desafortunadamente cae en los mismos clichés de siempre. Como suele pasar
en este tipo de proyectos, el desenlace se vuelve un derroche de efectos
especiales, los cuales hay que decir que no son muy bueno que digamos, pero por
lo menos logran plasmar la idea de un exorcismo bastante bien, digo, tal vez el
desenlace sea tan extravagante que resulta todo menos aterrador, pero de que
resulta entretenido, eso que ni qué.
Si ayer me hubieran dicho que hoy iba a recomendarles una película
mexicana, no les habría creído, y si me hubieran dicho que además es una de
terror probablemente me hubiera reído en sus caras, sin embargo aquí estamos.
La cinta no logra escapar de los estándares que aquejan a prácticamente toda película
de terror (sin importar su nacionalidad), pero muestra suficientes elementos
diferentes como para crearse una identidad propia ¿Da miedo? La verdad es que
no, pero nunca deja de ser entretenida, además de que confía plenamente en su público
y evita darle todo “masticado y en la boca”, dejando que el espectador logre
seguir la historia a su propio ritmo sin necesidad de explicar de más todos sus
elementos narrativos. Tal vez Belzebuth
no es la gran cosa, pero este tipo de cine mexicano es el que sí me atrevo a
recomendar, el que se atreve a ser al menos un poco diferente y no una copia
barata de lo ya antes visto. Si pueden véanla.
Belzebuth: 3/5 Buena.
La mejor película mexicana de terror que haya visto últimamente, aunque
tomando en cuenta la “competencia”, eso no es demasiado difícil de lograr. Es
como si un corredor ganara por default porque el resto de los participantes no
se presentaron a la carrera, un poco desafortunado pero ¡Hey! Una victoria es
una victoria, supongo.
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