martes, 15 de enero de 2019

Cine Barato: Belzebuth



Para ser alguien que dice odiar los extremos, vaya que los utilizo con demasiada frecuencia al hablar del cine mexicano comercial, donde casi siempre divido las cosas entre una abominación intragable y estúpida salida desde el mismísimo culo de Satán o como el mejor invento de la humanidad desde el internet. Por fortuna aun no pierdo la poca integridad que me queda (creo) y puedo reconocer cuando una película mexicana es buena a secas, no sobresaliente, pero al menos no la basura a la que el cine nacional me tiene acostumbrado, ejemplo: Belzebuth una película de terror que de no ser por los actores, hasta pensaría que no es mexicana.

En Belzebuth veremos a un policía enfrentarse a una malvada fuerza sobrenatural. Después de la macabra pérdida de su hijo recién nacido a manos de una psicópata, el detective Emmanuel Ritter (Joaquín Cosío) comienza a investigar una serie de crímenes que podrían ser obra de una macabra secta religiosa.

Tal vez sea porque después de ver tantas y tantas malas películas de terror por fin he alcanzado cierta “inmunidad” a este tipo de producciones y es por ello que pocas logran asustarme de verdad, lo cual también es el caso en Belzebuth, pero eso no evita que la producción sea escalofriante por momentos. No quiero darles detalles, ya que hacerlo reduciría muchísimo el impacto de estas escenas, pero deben saber que la cinta se atreve a hacer algunas cosas que pocas historias de horror en el cine se atreven, haciendo una mezcla entre ficción y realidad que resulta incómoda, en el buen sentido, todo sin ser demasiado gráfica y aun así logrando plasmar situaciones que logran “moverte el tapete”, como dirían en mi rancho.

La ambientación es muy buena mezclando ficción con realidad, dándole un toque tal vez no único pero sí fuera de lo “normal”. Narcotráfico, trata de personas, corrupción policiaca, todos estos son elementos que se ven en la trama, ninguno de ellos siendo el enfoque de la historia, son meros ingredientes que, dado el escenario en que se desarrolla la cinta, un pueblo fronterizo entre México y Estados Unidos, logra darle a la historia cierto “realismo” (por llamarlo de alguna manera). La ambientación es muy buena, y a diferencia de las miles de películas similares, el entorno se vuelve casi un personaje en sí mismo, uno que, para bien o para mal, le da una identidad mexicana a toda la historia.

Y para contradecir un poco lo que acabo de decir, hay un detalle que no es tan importante, de hecho técnicamente no afecta en lo más mínimo a la película, pero como disque crítico pedante de cine que soy, no dejó de molestarme bastante. La cinta claramente es bilingüe, con personajes hablando tanto en inglés como en español, otra vez recordemos que la historia ocurre en un pueblo fronterizo, y sin embargo todos los diálogos están doblados al español, lo cual termina por romper un poco ese “realismo” del que estaba hablando.

Los efectos especiales no son nada extraordinario, pero el manejo de los mismos junto con vestuario, iluminación y maquillaje logran darnos secuencias casi escalofriantes, y digo “casi” porque no dejan de ser las mismas que siempre vemos en historias de posesiones demoníacas, sin embargo los efectos especiales se usan solo cuando son absolutamente necesarios, creando la atmósfera adecuada para una historia de terror… excepto en el clímax del filme, que desafortunadamente cae en los mismos clichés de siempre. Como suele pasar en este tipo de proyectos, el desenlace se vuelve un derroche de efectos especiales, los cuales hay que decir que no son muy bueno que digamos, pero por lo menos logran plasmar la idea de un exorcismo bastante bien, digo, tal vez el desenlace sea tan extravagante que resulta todo menos aterrador, pero de que resulta entretenido, eso que ni qué.

Si ayer me hubieran dicho que hoy iba a recomendarles una película mexicana, no les habría creído, y si me hubieran dicho que además es una de terror probablemente me hubiera reído en sus caras, sin embargo aquí estamos. La cinta no logra escapar de los estándares que aquejan a prácticamente toda película de terror (sin importar su nacionalidad), pero muestra suficientes elementos diferentes como para crearse una identidad propia ¿Da miedo? La verdad es que no, pero nunca deja de ser entretenida, además de que confía plenamente en su público y evita darle todo “masticado y en la boca”, dejando que el espectador logre seguir la historia a su propio ritmo sin necesidad de explicar de más todos sus elementos narrativos. Tal vez Belzebuth no es la gran cosa, pero este tipo de cine mexicano es el que sí me atrevo a recomendar, el que se atreve a ser al menos un poco diferente y no una copia barata de lo ya antes visto. Si pueden véanla.

Belzebuth: 3/5 Buena.










La mejor película mexicana de terror que haya visto últimamente, aunque tomando en cuenta la “competencia”, eso no es demasiado difícil de lograr. Es como si un corredor ganara por default porque el resto de los participantes no se presentaron a la carrera, un poco desafortunado pero ¡Hey! Una victoria es una victoria, supongo.

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