Si me
conocen ya sabrán de mi incondicional y creciente odio por el cine mexicano
comercial en la actualidad, donde, como regla general, la competencia por la
mediocridad es constante y cada nueva película parece querer ser peor que la
anterior; muy, MUY afortunadamente toda regla tiene sus excepciones, y por mamón
y trillada que suene la frase, de vez en cuando podemos encontrar verdaderas
joyas escondidas en lo profundo de la fosa séptica que algunos llaman industria
del cine mexicano comercial, siendo Museo
una de esas joyas.
Basada en
hechos reales, en Museo veremos la
historia de dos jóvenes que roban el Museo de Antropología e Historia del
Distrito Federal en 1985. Juan Núñez (Gael García Bernal) es un joven que no
tiene muy claro que dirección tomar en su vida. Cuando se entera de que el
Museo de Antropología e Historia se mantendrá cerrado en navidad debido a
renovaciones del edificio, Juan recluta a su amigo Benjamín (Leonardo
Ortizgris) y ambos se infiltran al museo para robar varias piezas arqueológicas
de valor incalculable con la intención inicial de vender los artefactos por una
gran cantidad de dinero.
Voy a hacer
algo que tal vez no debería pero creo que es necesario para hablar de la película,
así que ahí les van unos pequeños spoilers. Al escuchar la sinopsis anterior no
piensen que la historia es de esas clásicas de “el golpe del siglo”, donde genios
criminales planean meticulosamente el un robo y el resto de la película es ver
como los personajes ejecutan su plan, no, al contrario, prácticamente el evento
del robo es el punto de partida para el resto del filme. Me atrevería a decir
que la trama no es tan importante, lo más relevante es el cómo se nos cuenta
esa historia, los personajes que se ven envueltos en ella Y la perspectiva que
esos mismos personajes aportan a los hechos.
Hagamos de
lado por un momento que la película está “basada en hechos reales” (aunque no olviden
ese hecho, que es importantísimo al final), el protagonista está perfectamente
caracterizado. Juan es un mocoso que no sabe qué hacer con su vida, con
presiones por todos lados: familiares, económicas, históricas, hasta culturales
y nacionales, todo orillándolo a encontrar su lugar en el mundo, quiera hacerlo
o no, lo cual lo lleva a una búsqueda por encontrar ese lugar y descubrirse a
él mismo. Juan es una persona imperfecta que se escuda en su propia visión del
mundo para justificar muchas de sus acciones, algunas de ellas reprimibles y
contradictorias pero que él mismo se reúsa a ver de esa manera, ya que hacerlo
terminaría quebrantando su propia interpretación de la realidad. Diría que el
personaje es todo un chairo, pero eso ofendería a los pinches chairos. Tal vez
me estoy proyectando de más, pero creo que ese tipo de confusión y presión
social lo ha vivido cualquier persona en algún momento de su vida, y si eso no
es lo más humano que se pueda experimentar, entonces no sé qué sea.
Hay algunos
detalles de la producción que no me agradan del todo… pero incluso esos elementos
son muy importantes para el filme. El comienzo es un poco lento pero ese ritmo
se utiliza para presentarnos al protagonista y hacernos conocer sus
circunstancias, lo cual es importante para el resto del filme. Algunos de los diálogos
se vuelven redundantes, repitiéndose una y otra vez prácticamente en la misma
escena pero esto es para darles realismo, después de todo no es como que la
gente en la vida real hable como si estuviera leyendo directamente de un guion
sin ningún tipo de error, repitiéndose una y otra vez prácticamente en la misma
escena pero esto es para darles realismo. Hay una escena en la que la música es
estridente, rimbombante y muy fuera de lugar… PERO incluso esa disonancia es
importante para uno de los mensajes del filme, metatextualidad que habla no sólo
de esta historia sino del cine (y el arte) en general, y no lo digo solamente
porque me gusta decir palabras
rebuscadas como “disonancia” o “metatextualidad” porque me hacen sentir
importante y más inteligente de lo que verdaderamente soy… digo, en parte sí se
trata de eso, pero no es el único motivo.
Creo que
estoy haciendo un pésimo trabajo al hablarles sobre Museo, ya que a pesar que todos los elementos ya mencionados SÍ están
presentes en la cinta, no son los únicos. La historia no es tan rebuscada como un
payaso mamón snob como yo la hace parecer, pero esa es la verdadera belleza de
la película: puede ser vista y disfrutada de maneras distintas por diferentes
tipos de público. Algunos se interesaran
más por el aspecto histórico, tal vez algunos se identifiquen con el drama, o quizá
otros se vean atraídos por el humor y la ironía de la historia, el punto es que
Museo ofrece algo que cualquiera
puede disfrutar y apreciar. No les voy a salir con la gastadísima frase de “hay
que apoyar el cine mexicano”, pienso que eso es una pésima excusa que muchas
producciones nacionales utilizan para justificar su propia mediocridad; por genérico
que suene, yo prefiero decirles que “apoyen el buen cine”, venga de donde venga
y un ejemplo de lo que yo llamaría “buen cine” es Museo, que casualmente es una película mexicana.
Museo: 5/5.
Excelente.
¿Qué más les
puedo decir? Ya saben que por “default” odio las películas mexicanas, si estoy
hablando tan bien de Museo debe ser
por algo ¿No?
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