Siento que
no estoy del todo capacitado para poder hablar sobre Papillon: La Gran Fuga, digo, menos capacitado de lo normal, pero
si mi ignorancia nunca me ha detenido para hablar de una película ¿Por qué
sería diferente en este caso? Esto lo digo porque no conozco la versión
anterior de 1973 ni el libro original en el que se basan las adaptaciones
cinematográficas de la historia, pero si he de valorar los méritos propios de
esta versión (y ese es más o menos mi trabajo), yo diría que Papillon: La Gran Fuga es un buena
película que vale la pena ver.
En Papillon: La Gran Fuga veremos la
historia de un preso que hará todo lo que este a su alcance para escapar. Henri
“Papillon” Charriere (Charlie Hunnam) es acusado de un crimen que no cometio y
es encarcelado en una isla prisión de la cual es imposible escapar. Aun
teniendo todo en contra, Henri hará todo lo posible por recuperar su libertad,
forjando amistades y alianzas peligrosas que lo llevan a situaciones cada vez
más desesperadas.
Al escuchar
esa descripción no los culpo si piensan que esta historia es algo así como la
serie de televisión Prison Break versión
película, y aunque no estarían del todo equivocados, la cinta nos da un poco
más que eso. La película se trata de un drama histórico inspirada en una
historia real, lo cual la convierte en algo más interesante de lo que se podría
esperar.
La historia
se centra completamente en el personaje principal y su relación con otro
personaje, asociación que empieza por conveniencia y termina siendo una genuina
amistad al final, el problema es que esa transición no queda muy bien planteada
que digamos. Es obvio que se nos pinte al protagonista como “honorable”, con
una voluntad de hierro que lo hace fiel a sus compañeros, es decir, se le dan
cualidades de “héroe” de la historia, pero esas características no se sienten
bien cimentadas y parecen implantársele al personaje sólo para hacer más empático
al protagonista, lo cual lo hace su precaria situación aún más difícil de
creer.
Otro
elemento que no termina de establecerse del todo bien es el paso del tiempo.
Durante la trama se desarrollan dos saltos de tiempo bien identificados y que
nos muestran claramente el paso mismo, tanto con diálogo como pequeños montajes,
pero estos sólo nos muestran una fracción de lo que transcurre, haciendo difícil
distinguir fuera de esos saltos si han pasado días, meses o incluso años, lo
cual no es tan grave en realidad y no afecta demasiado la historia, pero hay
una clara diferencia entre mostrarnos un encierro de siete años a uno de catorce,
lo cual, después de una exhaustiva investigación de mi parte (es decir, diez
segundos en Wikipedia) es lo que duró el encierro de Henri Charriere.
La cinta también
nos plasma la desesperación de los presos en una cárcel de los años 30´s, pero
siento que en muchas ocasiones la producción se limita a sí misma, “suavizando” (por llamarlo de alguna manera) lo que podría
ser algo mucho más crudo, violento y perturbador. No me malentiendan, el filme
logra plantear momentos bastante incomodos para el espectador, pero prefiere
centrarse mucho más a los dilemas internos de los personajes que buscar el “shock”
del espectador al mostrando la vida más cruda de la vida en prisión, si esta decisión
es buena o mala creo que dependerá del gusto de cada espectador.
Papillon: La Gran Fuga no es ni de cerca el espectáculo visual
que usualmente se asocia a una producción cinematográfica, pero sí resulta en
una historia sobria y definitivamente muy humana. No creo que la película se convertirá
en un clásico ni mucho menos (hasta donde tengo entendido, ese honor ya está
reservado para la adaptación de 1973 y a la novela original) pero termina
siendo una buena producción que vale la pena ver, no sé si necesariamente en la
pantalla grande, pero no creo que se arrepientan si le dan una oportunidad
Papillo: La
Gran Fuga: 3/5. Buena.
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